le dice a la jovencita que se ponga en cuatro y ella comienza a disfrutar como loca

GRUPO TELEGRAM AQUI
0 views
|

«Jovencita Enloquecida de Placer: Disfrutando en Cuatro Patas»

En la intimidad de una habitación, un hombre experimentado y seguro de sí mismo le susurra a su jovencita compañera: «Ponte en cuatro, quiero verte disfrutar como loca.» La jovencita, con una mezcla de nerviosismo y excitación, obedece sin dudar, posicionándose a cuatro patas en la cama, ofreciendo una vista tentadora y provocadora.

«Así, así me gusta,» susurra el hombre, su voz ronca por el deseo, mientras se posiciona detrás de ella. Con movimientos suaves pero firmes, comienza a acariciar su espalda y sus caderas, preparándola para lo que está por venir. La jovencita, ya excitada, comienza a mover sus caderas en círculos, anticipando el placer que está por llegar.

El hombre, con una sonrisa pícara, entra en ella lentamente, sintiendo cómo su cuerpo se abre para recibirlo. «Te siento tan apretada,» gime, comenzando a moverse con un ritmo constante y profundo. La jovencita, con un gemido de placer, se entrega completamente, sus manos agarrando las sábanas con fuerza mientras siente cada embestida.

«Más fuerte, por favor,» suplica la jovencita, su voz entrecortada por el esfuerzo y el placer. «Quiero sentirte todo dentro de mí.» El hombre acelera el ritmo, sus caderas chocando contra las de ella, creando un sonido rítmico y excitante. La habitación se llena de gemidos y susurros, mientras ambos se dejan llevar por la pasión y el deseo.

La jovencita, con su cuerpo arqueado y sus movimientos sincronizados con los de él, se entrega completamente al placer, sintiendo cómo cada embestida la lleva más cerca del éxtasis. «Me encanta cómo me coges,» gime, su voz llena de éxtasis. «No pares, por favor, no pares.»

El hombre, con una mezcla de autoridad y ternura, continúa moviéndose con un ritmo constante y poderoso, asegurándose de que cada segundo sea una explosión de sensaciones indescriptibles. La jovencita, con su cuerpo temblando de placer, se aferra a las sábanas, sus nudillos blancos por la presión, mientras él la lleva al límite del éxtasis.

«Voy a correrme,» grita la jovencita, su voz llena de éxtasis. «No pares, por favor, no pares.» Con un último esfuerzo, el hombre alcanza el clímax, y la jovencita lo sigue de cerca, sus gemidos ahogados en la almohada mientras su cuerpo se estremece de placer. Exhaustos y satisfechos, se dejan caer en la cama, sus cuerpos entrelazados, disfrutando de la sensación de relajación post-orgásmica. «Eso fue increíble,» susurra la jovencita, con una sonrisa satisfecha y somnolienta. «Me encanta cuando me coges así de duro y profundo.»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *