maltratando y cogiendo duro a una morrita colegiala

En un rincón oscuro del patio escolar, un grupo de chicos rodea a una morrita colegiala, sus risas y susurros llenan el aire. Con una mezcla de miedo y excitación, ella se da cuenta de que está a su merced. Las manos rudas la agarran, tirando de su uniforme hasta dejarla casi desnuda. Sus pechos jóvenes y firmes se agitan con cada respiración acelerada. Uno de ellos, con una sonrisa maliciosa, le ordena que se ponga de rodillas. Ella obedece, sus ojos llenos de lágrimas. Con fuerza, la sujetan mientras otro se desabrocha el cinturón, preparándose para tomar lo que desean. Cada movimiento es brutal, cada empujón una afirmación de poder. Ella se muerde el labio para contener un gemido, el dolor y el placer se entrelazan en un torbellino de sensaciones. En ese momento, el patio se convierte en un escenario de deseo salvaje y sumisión, donde la morrita colegiala se convierte en el objeto de sus deseos más primarios.